Es una perra dulce, asustada por la vida que tiene que haber sufrido, nunca sabremos quien fue el «humano» que la dejó así, que la intentó matar, quizás pague por lo que ha hecho -en esta o en otra vida- Porque ser tan insensible no es normal, aunque quizás es el precio que pagamos por la crisis. La gente piensa que los animales no valen nada si hay gente pasando penurias… Sin embargo, siempre ha sido así, no es excusa, somos egoistas por naturaleza, y al igual que destrozamos el medio ambiente, parece que nos da igual todo el sufrimiento a nuestro alrededor.