Llegó el día no por esperado menos triste. Boby, rescatado hace dos años casi, tras pasar cuatro años atado después de morir su dueño, nos ha dejado. Diagnosticado con un cáncer terminal cuando la vida empezaba a sonreírle, con una expectativa de vida de seis meses a un año, gracias al amor y el hogar maravilloso que Carmen le proporcionó ha vivido casi dos con gran felicidad hasta su cuerpo agotado ya no pudo más. Solo podemos decir a Carmen, su rescatadora y acogedora, gracias por haberlo querido tanto que prolongaste su vida más allá de lo que nadie esperábamos, mil gracias por hacer alegre y feliz, como siempre debió ser, a este animal adorable. Un abrazo, Carmen, sabemos que sufres muchísimo y que fue difícil y doloroso verlo irse. Copiamos este hermoso texto que ella misma colgó cuando el final era ya inevitable:
“Te prestaré, por un tiempo, un perro – me dijo una voz.
Para que lo ames mientras viva y lo llores cuando muera, tal vez serán 12 o 14 años, incluso puede ser por tan sólo 2 o 3.
¿Lo harías? ¿Lo cuidarás por mí mientras lo llamo de regreso?
Tendrá encantos que te maravillarán y si su permanencia contigo es corta, siempre tendrás sus recuerdos para aligerar su pérdida.
No puedo prometerte que se quedará, ya que todo lo terrestredebe terminar.
Pero hay lecciones que quiero que este perro aprenda.
He buscado por todo el mundo tratando de encontrar un maestro verdadero.
Y de entre toda la gente que habita la Tierra, te he escogido a ti.
Ahora dime, ¿le darás todo tu amor y pensarás que el esfuerzo vale la pena?
¿No odiarás al mundo y a la vida cuando venga de nuevo por él?
Y entonces contesté: – Sí, estoy dispuesto, eso haré. Porque toda la alegría que este perro me traerá vale bien la pena a cambio del
dolor de perderlo.
Lo resguardare con ternura, lo amaré de todo corazón mientras pueda y por el amor que me dará siempre estaré agradecido.
Si vienes por él mucho antes de lo que espero, seré fuerte ante la pena y trataré de entender el por qué.
Si, a través de mi amor, logré cumplir tu plan para él, ayúdame a ser fuerte mientras lloro su partida. Y en su recuerdo sé que encontraré que quien más aprendió fui yo.”