Una jornada calurosa, un grupo abundante de amigos de la Protectora y perros de todo tipo, hicieron posible una tarde de paseo en la que disfrutamos en muchos casos de zonas que nunca habíamos visto.
Repetiremos, porque pese a la desidia en la limpieza de nuestro entorno por parte de ciudadanos y gobernantes, tenemos unos alrededores en la ciudad que merece la pena conocer
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