Cada año, cientos de galgos adornan los pueblos, campos, ciudades de esta región.
Los hay por todas partes, llenos de pánico al ser humano, con cicatrices que muestran la vida que han llevado, corriendo por y para el orgullo prepotente de sus dueños pero con futuro incierto, porque en la mayor parte de las ocasiones, cuando no les valen, los dejan abandonados, cambian de mano en mano para ver si pueden sacarles hasta el ultimo jugo de su cuerpo, o son entregados sin piedad a una perrera para encontrar la muerte.
Así, acabada la temporada, vemos el penoso espectáculo, flacos, perdidos, buscando entre basuras, hacinados en perreras sin conocer su final… Porque no han sido queridos en un hogar, porque no han recibido el cariño que demandan, la mayor parte ha vivido en perreras sin licencias, con el beneplácito de políticos, dirigentes,etc.. que hacen la vista gorda como lo hacen con tantas otras miserias.
Pero ahí están, desde nuestra «maravillosa region», celebrando carreras constantemente, y en TELE Extremadura, se ensalzan como si de una maravillosa tradición se tratase, cuando detrás hay un oscuro negocio, una tradición manchada de sangre y mala fama, sin contar con los sentimientos y necesidades de tan bello animal, hay trapicheos, hay cambios de dueño por interés, hay muertes crueles….